El seminario web VirusDeathFiction

30.05.2020

El tratamiento mediático de la muerte fue el tema central del segundo seminario web internacional del ciclo «Información y comunicación en tiempos de Covid-19», promovido y organizado por NetOne en colaboración con el Centro di ricerca Sophia Global Studies.

El Covid 19 devolvió el arquetipo de la muerte al centro de la escena humana. ¿Cómo se puede analizar la representación de la muerte en la época del coronavirus? ¿Sigue siendo relevante la eutanasia? ¿Cómo está representada la tercera edad, la categoría más afectada por el virus? ¿Y cómo se tiene en cuenta la marginalidad, la cultura del despilfarro, el mito de la eficacia? ¿Han adaptado los periodistas, videastas y comunicadores sus relatos al nuevo momento histórico? Estas son las cuestiones que examinarán el 30 de mayo de 2020 Erik Hendriks, productor belga de cine y televisión, Regina Udalor, cineasta y videasta nigeriana residente en Noruega, Isabela Reis, productora cultural brasileña, Guy Constant Ehoumy, periodista de Benín y Elena Granata, profesora italiana, con la moderación de la periodista y miembro de la comisión internacional de NetOne Maddalena Maltese.

«Es un momento imposible de contar», según la profesora Granata. «Porque hoy cada cosa tuvo su contrario. Todo mal ha tenido su bien. Cada locura, su normalidad».

A la conferenciante le llamó la atención la «comunicación unidireccional», por parte del Estado y de la prensa, que hizo «mucho daño a los niños y a los jóvenes» y afectó a «los ancianos solos en sus casas», por el «repentino silencio de los balcones», donde la gente había empezado a cantar, a compartir palabras y emociones con sus vecinos, a expresar su esperanza, su solidaridad…» En algún momento, esas imágenes fueron eclipsadas y silenciadas por las de los muertos. Ya no se toleraba «que se cantara en los balcones y se enterrara a los muertos, que se simpatizara con los vecinos y se dedicara a los enfermos del hospital». El profesor subrayó que en Italia en los hospitales «se intentaba salvar a todos, realmente a todos, a los jóvenes y a los mayores de 90 años». «No siempre tuvo éxito, pero fue un sentimiento cívico compartido» que reafirmó el sello social de la convivencia intergeneracional y el valor de cada vida.

Junto a Erik Hendricks, relató una historia de trabajo con una fuerte carga humana, de la que el público captó el mensaje: «es posible morir sin dolor incluso sin eutanasia», a la que se opuso hasta la víspera de la emisión el lobby pro-eutanasia. Durante la pandemia, los suicidios y la eutanasia cayeron en picado en Bélgica y Holanda. El productor informó de una conversación con un joven estudiante. «Dijo que muchos estudiantes de su generación se sienten muy responsables de los ancianos. Siguen estrictamente las normas impuestas por las autoridades, para no arriesgarse a infectar a algún anciano, que «podría ser mi abuela». Otro estudiante añadió: «Mis abuelos ya no viven, pero los ancianos son demasiado importantes para dejarlos ir». Me impresionaron estas declaraciones de los jóvenes. Dan esperanza para el futuro», concluyó.

El periodista beninés Guy Constant Ehoumi explicó que en África, donde no es habitual hablar de la muerte en los medios de comunicación, por respeto, se hace más hincapié en el número de infectados y curados. La gente suele tratarse con medicina natural, pero las estrategias de las empresas farmacéuticas desprecian las curas tradicionales y se centran en la comercialización exclusiva de medicamentos de laboratorio. La productora Regina Udalor se hizo eco de esta experiencia poniendo de relieve que: “en Nigeria y en África en general, la muerte de personas de más de 80 años se llama «celebración de la vida», y se lleva a cabo de forma elaborada y durante varios días. Está convencida de que después de Covid, incluso en África, la muerte -que siempre se ha tratado con gran respeto y delicadeza– empezará a representarse más en las producciones audiovisuales. Durante este periodo, se produjeron clips de animación y otros productos audiovisuales educativos en Covid para los niños y el público en general.

«La riqueza y la exuberancia de Río de Janeiro son conocidas en todo el mundo, al igual que la pobreza y las enormes desigualdades sociales. En Río, Isabela Reis crea proyectos culturales utilizando imágenes y técnicas cinematográficas para explotar el potencial ya existente en los suburbios. Afirma que las diferencias sociales se han exacerbado en la pandemia: la tasa de infección de la población negra y de los habitantes de los barrios marginales es significativamente mayor que la de la población blanca. También porque en las favelas «el aislamiento social y las medidas higiénicas adecuadas son prácticamente imposibles». En este contexto, por primera vez un grupo de artistas del mayor suburbio marginado de la ciudad sorprendió al público con su talento en una exposición en el prestigioso MAR (Museo de Arte de Río).

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